Según seguimos en sendero Claudia empezó a explicarme que estaba cachonda y que tenía ganas de follar, pero que siempre en su vida los hombres la habían ninguneado y su ex marido era muy manipulador. Se sentía un poco víctima y ahora ella quería tener el control de la situación.

 - Al principio de mudarme y verte no pensé en nada de esto, pero claro que yo por aquel entonces estaba dolida con el tema del divorcio y lo que menos ganas tenía era de sexo.

Joder, llevaba con Jorge casi toda la vida, desde el instituto y de repente me encuentro en la mierda. - dijo Claudia

 - Luego, adopté a "Pulgas" porque me dijeron que me vendría bien, así que con eso de salir a pasear empecé a verte en los alrededores del portal y el vecindario.

Daba la casualidad que encima de ser vecinos de puerta con puerta tienes cara de buena persona y no sé, como eras amable conmigo pues empecé a pensar. Quería conocerte un poco mejor. Por eso iba a tu casa a pedirte cosas.

 - Porque... por ejemplo si yo me paro en este árbol y me subo la falta, cosa que hizo según lo decía,  y tú me ves por detrás, ¿qué harías?

 - ¿Puedo tocarte? - pregunté

 - No - dijo Claudia con un no rotundo

 - Joder, ¿entonces para que me estás provocando cada dos por tres enseñándome tu cuerpo desnudo?. Tengo la polla que me va a explotar!. Tu hará un año que no follas, pero yo ya van camino de tres que no cato mujer.

 - Son mis normas, ¿recuerdas? Has aceptado jugar con mis normas. - hizo una pequeña pausa y luego siguió diciendo

¿Tanto tiempo hace que no follas? Pues tampoco estas tan mal, bueno, si te afeitas la barba parecerás más joven.

- No se me dan muy bien las mujeres - contesté

 - Además Claudia, no puedes jugar así con un hombre. Si hubieses dado con otro hombre ya te habría empotrado contra el árbol por detrás sin dudarlo.

 - Vale, te haré una pregunta y quiero que seas sincero. El otro día después de haberme visto el chichi en mi casa en la cocina... ¿te pajeaste pensando en mi? - dijo mirándome a los ojos.

Yo tardé como unos segundos en pensar la respuesta. La realidad fue que sí, pero... y si la digo que si, ¿cómo reaccionaría? y si la digo que no, ¿cómo reaccionaría igualmente?. Las mujeres son un misterio y no sabes por dónde van a salir contesté. Así que me arriesgue y conteste la verdad.

 - Si, fantasee un poco con lamer tu sexo mientras me masturbaba. – dije mirándola a los ojos