Love to lick that pussy!!!

- ¿No te gusta lo que ves? - dijo Claudia sin girarse a mirarme

 - Eeemmmm... si te refieres a tu culo, joder pues claro que me gusta.

 - ¿O prefieres ver esto otro? - dijo Claudia dándose la vuelta y sentándose en los asientos que bordeaban toda la barandilla abriendo las piernas y levantando el vestido con las dos manos para dejar al descubierto su sexo totalmente depilado.

Mi corazón empezó a subir de revoluciones. Tragué salida y por unos instantes me quedé mudo con la vista fija en su sexo.

Nunca me han gustado los jueguecitos que algunas mujeres se traen con los hombres. Por un lado estaba claro que buscaba sexo o... ¿le gustaba exhibirse y eso la ponía cachonda?. En todo caso estaba claro que estaba jugando conmigo.

No me quedaba muy claro cuál de las dos situaciones eran, una, la otra, las dos juntas u otra que no se me habría pasado por la cabeza.

 - Mmm... Si, claro que me gusta. Hasta te has depilado. El otro día tenía mas pelo. - dije para

 - Anda, acércate un poco, que estas muy lejos y así lo miras más de cerca.

Y yo como un gilipollas le hice caso. En ese momento no me salían las palabras. Tenía un nudo en la garganta y mi vista seguía fija en su vulva.

 Cuando estuve enfrente de ella Claudia empezó a abanicarse el chichi con el vestido moviéndolo de arriba a abajo.

- Uf, me está entrando un calor... ¡ No sé si quitármelo todo ! - dijo mirándome a los ojos

Entonces mi corazón empezó a latir aun con más fuerza. Yo creo que si me acercaba un poco más a ella lo oiría.

- Pero... ¿De qué vas Claudia? -  le pregunté

- Voy de buena samaritana con ganas de fiesta. Hace un año ya que, desde mi divorcio, estoy en el dique seco y este que tengo aquí abajo se ha cansado ya de sequia. Ahora me pide guerra y yo se la voy a dar.

- ¿Quieres jugar conmigo?

 - ¿Jugar? - pensé.

Joder ha dicho "jugar" y no "follar". Aunque no me ha dejado claro del todo... entiendo que jugar ¿a que, a ser una calienta pollas?

Sin dudarlo, la testosterona que recorría mis venas se adelantó a las tres neuronas que tenia para pensar sobre la situación y dije:

  - ¿A que jugamos?

 - A lo que yo te diga, pero jugamos según mis reglas, ¿vale? - dijo Claudia levantándose y cogiéndome del brazo y dirigiéndonos a las escaleras para salir del mirador.

 - Te lo explico en el camino de vuelta a casa.