Ya me habréis oído alguna vez contaros algo sobre mi vecina Claudia, ¿no?

Un día me la encontré paseando su perro por una especie de bosque que tenemos cerca de casa. Voy de vez en cuando a andar por ahí. Es la única zona con árboles en varios kilómetros a la redonda y hay suficiente sombra como para poder pasear sin achicharrarse al sol en verano.

Cuando me vio de lejos, levanto la mano y me saludó. "Pulgas" su perro vino corriendo hacia mi ladrando y moviendo el rabo. Le acaricié un rato hasta que Claudia llegó a mi altura.

 - Hola vecino. ¿Que, paseando la barriga?

 - Jaa,jaaa. Si, bajando un poco el colesterol como de costumbre.

 - ¿Y tú?

 - Pues paseando al "pulgas" este, que si no le saco de casa se pone a dar vueltas por casa todo nervioso y empieza a ponerme a mi nerviosa.

Estuvimos andando juntos un rato hasta que llegamos a un mirador que hay donde se contempla toda la arboleda.

 - Me encantan estos miradores. Voy a adelantarme y mirar un rato - dijo Claudia, saliendo corriendo y quedándome yo un poco mas atrás.

Cuando ya estaba yo a la altura del mirador entonces oigo a Claudia decir en voz alta:

 - Ven mira. Hay unas vistas espectaculares!

 - Ya será para menos - contesté yo en voz alta también

 - Bueno, tú mismo, tú te pierdes esta oportunidad única

Entonces ya me picó la curiosidad por sus últimas palabras y me acerqué al mirador. Según subía los tres peldaños hasta la plataforma, cuando levanto la vista me encuentro el culo y su vulva totalmente al aire. Se había puesto justo enfrente de la escalera para que fuese inevitable poder verla.

Se había subido el vestido que llevaba hasta la cintura y.... efectivamente amigos. Según su "secreto" cuando usa vestidos no usa ropa interior.

 - Joder Claudia – exclamé sorprendido al verla semi desnuda

 - Vistas espectaculares, te lo dije - dijo ella mientras movía el culo de un lado a otro.